domingo, 2 de febrero de 2014

Una montaña rusa.

El sube y baja contínuo de siempre me achaca de nuevo. Pensé que estos contínuos altibajos habían acabado...definitivamente. Pero veo que me equivocaba. Qué ilusa he sido al pensar que nada podía derrotarme, que yo era más fuerte que todo lo que tenía a mi alrededor. Sí, soy más fuerte que hace unos meses pero sabía que este momento iba a llegar...tarde o temprano. 
Sencillamente es raro... tanto tiempo sin que nada salga por tus ojos y que de repente, sin ningún motivo aparente, empiecen a caer como si tuviesen vida propia. ¿Por qué tantas vueltas? Estoy harta de marearme con tantas subidas y bajadas. 
Aunque bueno, pensándolo bien, una vez, una persona muy cercana a mi y a la cual admiro mucho me dijo que sin estos altibajos, ni lo bueno sería tan bueno, ni lo malo tan malo. Que la vida es como una montaña rusa, en la que no podemos bajarnos. Que una montaña rusa sin altibajos no es nada. A veces, cuando estamos arriba y aquella montaña rusa comienza a bajar, simplemente lo hace para coger velocidad para poder subir aún más alto. Y después de haber pasado aquella brutal bajada pensarás que algún tramo mas tranquilo, es un aburrimiento. 
Sencillamente el truco está en aprender a disfrutarla, a ella y al paisaje.