lunes, 22 de septiembre de 2014

Una entrada algo diferente...

Pues ya llegó. Ya llegó el día más esperado para mucho y tan temido por todos. A partir de hoy la palabra "universitaria" empieza a cobrar sentido. No sé como he empezado esto, porque ni siquiera sé si seré capaz de terminarlo, o simplemente cómo hacerlo.
Sinceramente veía este día terriblemente lejos y ha llegado tan pronto que ni siquiera he tenido tiempo de analizar la situación todo lo que a mi me hubiera gustado hacerlo. 
Los que me conocéis bien sabéis que si de algo me caracterizo es de la inseguridad que sufro acerca de mis posibilidad y de los continuos quebraderos de cabeza que yo misma me hago continuamente. Dejarlo todo atrás me duele. Me duele y no sabéis cuánto.
Hubo un momento de mi vida hace un par de años (quizá tres) en el que mi mundo se desmoronó completamente. Un momento en el que no era capaz de reconocerme a mi misma y en el que me quedé completamente sola. Ese momento/episodio (doloroso) de mi vida fue un punto y aparte en mi vida, el comienzo de un nuevo capítulo o de un libro nuevo, según como se vea.
Me costó tanto volver a confiar en la gente... volver a mostrarme tal y como era por el simple miedo de que fuesen a herirme de la misma forma que lo habían hecho meses atrás. Me costó mucho volver a tener gente a mi alrededor con la que sentirme a gusto y no tener miedo. Por eso, ahora que debo irme empiezo a valorar todo este último "capítulo" que voy a cerrar esta tarde y a toda esa gente que formaban parte de él.
Hoy es el comienzo de una vida nueva, el comienzo de una ciudad nueva, de unos estudios nuevos y de gente nueva. Y sinceramente, lo que verdaderamente me da miedo es volver a sentir esa sensación de vacío y soledad que sentí aquella vez anterior.
Dicen que los cambios siempre son para mejor pero ahora mismo mi inseguridad me impide pensar que algo así no es ninguna locura sin pies ni cabeza. También dicen que crecer es aprender a despedirse pues, ¿sabéis qué? CRECER ES UNA PUTA MIERDA.
Puede que quizá lo único que pase es que a mi me cueste despedirme de la gente más de lo que le cuesta a muchas otras personas. Pero es que, me implico tanto con la gente que hay a mi alrededor que es imposible no sentir otra cosa que angustia cuando piensas que hasta dentro de unas semanas no las vas a volver a ver.
En primer lugar quiero dar las gracias a todas esas personas que han estado conmigo ahí, animándome, haciéndome reír, secándome las lágrimas, curándome las heridas y levantándome cada vez que me caía.
Dar las gracias a mi familia también. A mis padres, que son mis dos pilares fundamentales. Gracias por dejarme cumplir mis sueños y por dejarme seguir soñando día a día. A mi hermana, que por mucho que me pelee con ella, es uno de mis mayores ejemplos a seguir. No solo por su fuerza, si no por su sonrisa, por esa sonrisa tan pura que es capaz de mover el mundo.



Dar las gracias también a los que siempre estuvieron ahí a pesar de todas y cada una de las gilipolleces que he llegado a hacer en mi vida. A esa gente que siguieron apoyándome y confiando en mi cuando lo único que quería era mandarlo todo a la mierda, a esa gente que a pesar de mis defectos siguen soportándome... a los amigos de siempre: GRACIAS. Si soy como soy hoy día en parte es gracias a ellos.



Un enorme GRACIAS para mis 14 joyas flamencas que tantas y tantas sonrisas me han sacado a lo largo de este año. Gracias a ellas he vuelto a sentir que formaba parte de algo y eso... lo valoro muchísimo. GRACIAS flamen, vuestra peliazul os adora. Espero que no me matéis por el grupo cuando leáis esto, que sé que algunas acabáis llorando con las cosas que escribo y paso por él... OS QUIERO.


Gracias también a toda la gente que he conocido gracias a mi pasión: el atletismo. Aquellos que estuvieron desde pequeños, en el comienzo. Y aquellos que llegaron después. GRACIAS por regalarme los mejores recuerdos de mi vida.

Gracias a mis niñas, a mis dos terceras partes de las trillizas. Son lo mejor que podría haberme pasado y aunque ellas lo sepan, nunca viene de más recordarlo. Las hermanas no siempre son de sangre y gracias a ellas sé que eso es totalmente cierto.



GRACIAS A MI CLASE, que en un año me ha demostrado lo que es llegar a unirse formando una piña. Me ha demostrado lo que es tener a mucha gente a tu alrededor con el mismo afán de superación que tú. Gente que a pesar de las circunstancias seguía apoyándote y dándote ánimos para poder aprobar una asignatura tras otra.

Y por último gracias a mis profesores, tanto del bahía (que ya más que antiguos profesores son amigos y confidentes) como los del torre. Cada uno ha dejado huella en mi, y de eso estoy completamente segura. Gracias por vuestra confianza, por vuestro tiempo, por vuestras regañinas y por ser uno de nuestros apoyos en nuestra etapa de estudiante de instituto.
Dejo muchas cosas aquí en Algeciras. Y si os soy sincera, algunas cosas cuestan dejarlas, mucho. Pero por mucho que me duela, lo tengo que aceptar. Tengo mucho miedo de no poder recuperar lo que ahora mismo tengo, de perderlo. 
Sólo espero poder ser capaz de llevar adelante todo lo que ahora mismo se me viene encima. Sinceramente pienso que es demasiado grande y que no voy a poder con todo.
Y ahora, me gustaría hacer referencia a dos personas que me marcaron en mi vida porque sinceramente creo que haría una injusticia si no lo hiciese.  Dos personas que por desgracia ya no están conmigo pero que en mi día a día siento muy cerca.

En primer lugar yiyi... no sabes como duele que no estés aquí para poder ver como tu nieta al fin consigue todo lo que un día se propuso. Poder llegar a tu casa y salir corriendo a tu sillón para poder dar un abrazo de esos que solo tú sabías darme. Poder volver a sentir tu calor y refugiarme en él como lo hacía cuando era aún una niña. Solo espero que allá donde estés sepas perdonarme el no haber sido capaz de ir a darte el último adiós. Sinceramente en ese momento aún no era consciente de que a partir de entonces, no iba a volver a escuchar el sonido de tu risa. Hay tantas cosas de ti que hecho en falta....

Y por último también quería despedirme de ti. Nunca me he atrevido a escribirte desde lo que pasó... y lo necesitaba. Creo que ni tú mismo eras consciente de todo lo que me importabas en el poco tiempo que pude conocerte. En 4 años conseguiste que te considerara como de la familia. Eras mi ejemplo de superación con esa sonrisa tan tuya siempre en la cara, con esos abrazos que me dabas al salir del instituto cuando sabías que algo no iba bien.. todo. Gracias por haberme dejado entrar en tu vida, por haberme secado las lágrimas cada vez que me derrumbaba delante tuya y por comportarte como un padre conmigo. En realidad... siempre fuiste como un padre para mi. Y que sepas que "verónica" siempre se acordará de su tobi. 
Y como suelo decir siempre con lo poco que me gustan las despedidas: hasta luego gente. Os quiero.

lunes, 15 de septiembre de 2014

¿Para dar el gran salto?

Tengo 18 años y ahora es cuando más pequeña me siento. ¿Cómo es posible? De pronto todo me viene excesivamente grande. Quizá sean todos estos cambios tan repentinos que se avecinan. ¿No es acaso lo que yo quería? Entonces, ¿por qué me siento así?


Mi cabeza se asemeja a una de esas cocteleras  que hacen cada noche en uno de los tantos pub de la ciudad. Siento como si cada vez que la agitasen, el mundo dejase de tener un poco menos de sentido. Es como si cada hielo que se encuentra en su interior, de pronto se derritiese. Y que aquel agua que dejan en su lugar, llegue a alcanzar la magnitud de un océano. Un océano en el que no puedo evitar sentir que me estoy ahogando...


Sigo sin entenderlo. Sigo sin entender por qué lo único que deseo ahora es enterrar mi cara en mi almohada y, como incontables noches he hecho ya, sumar a su lista unas cuantas lágrimas más. ¿Realmente estoy preparada para dejarlo todo atrás? ¿Para dar el gran salto?


Siempre me asustaron los cambios... No controlar nada y sentirme perdida. Sencillamente odio esa sensación; al igual que odio lo desconocido.


¿Dónde demonios está esa sensación de júbilo de la que todo el mundo dice sentir cuando consigue algo que lleva meses intentando?
Si alguien encuentra la mía, decidle por favor que se haga hueco entre todo el miedo que siento (y que respiro) por cada uno de los poros de mi piel ahora mismo.

jueves, 11 de septiembre de 2014

Siete veces en vida.

Si nos da miedo el amor, es porque ya nos hicieron daño una vez. Incluso dos. 
Y a la tercera, cuando en teoría va la vencida, lo que ocurrió es que en realidad nos dimos por vencidos.

Por eso, nunca juzgues a alguien por lo que piense o deje de pensar. Porque a lo mejor tiene el corazón hecho añicos y una piel llena de cicatrices que no se irán por mucho tiempo que pase.
El amor es ese tren al que no esperas...es ese tren que te atropella. Y claro está que ese tren es conducido por alguien. Pero es alguien por quien te hubieras tirado una y otra vez a las vías. 


Por eso no vuelve a pasar. porque cada amor mata y la ilusión renace con el sí del siguiente. Por eso hay quien dice que si no has muerto siete veces en vida, es que no has vivido nada.