Noto los latidos de mi corazón bombeando en mi cabeza y me pregunto: ¿cómo puede seguir latiendo después de todo?
Su rotura se llevó consigo a sueños, esperanzas y metas. Cosas que intento ordenar de nuevo. Aunque con un gran esfuerzo...
Todas las fuerzas que tenía se esfumaron en un suspiro, en unas palabras quizá equivocadas y en las lágrimas que acto seguido cayeron por mi mejilla.
Intento buscar una respuesta a esa pregunta y siempre llego a la misma conclusión. Y es que cuando creemenos que no hay ningún motivo para seguir adelante y ser feliz, nuestro cuerpo nos recuerda que nos tenemos a nosotros mismos y que eso es motivo más que suficiente para sonreír.
Dicen que a lo largo de la vida hay dos grandes amores.
Uno de ellos es la persona con la que te casas, la que puede ser o será el padre o la madre de tus hijos. Es la personacon la que consigues entenderte a la perfección para estar el resto de tu vida junto a ella.
Por otro lado dicen que hay un segundo gran amor. Una persona a la que perderéis siempre. Alguien que está tan conectado a ti que vuestra química escapa a toda ley de la razón. Escapa de tal manera que os impedirá, siempre, alcanzar un final feliz.
Todo será perfecto durante un tiempo con este amor hasta que un día, sin más, dejéis de intentarlo. Os rendiréis y entonces iréis en busca del primer amor, al cual acabaréis encontrando.
Pero por mucho que hayáis dejado de intentarlo, no habrá noche en la que no extrañes sus besos, sus abrazos o simplemente eches de menos volver a discutir. No pasará día sin que desees volver a tenerlo tu lado porque a veces se desprende más energía discutiendo con la persona a la que amas que haciendo el amor con alguien a quien aprecias.
Puedo estar equivocada o no, eso nunca lo sabré. Pero todos sabéis de lo que hablo porque a vosotros también se os ha venido su nombre a la cabeza.
Noto los latidos de mi corazón bombeando en mi cabeza y me pregunto: ¿cómo puede seguir latiendo después de todo?
