lunes, 24 de diciembre de 2012

Despedidas.

Las despedidas no son fáciles, nadie dijo que lo fueran. A veces resultan duras, tener que decirle adiós a todo lo que componía tu vida, a esa persona por la cual sonreías cada día, a esa persona por la cual estabas dispuesta a darlo todo.
Cuando debes decirle adiós, sufres, lloras y lamentas. Todo se te viene encima. Nadie puede consolarte y empiezas a preguntarte "¿Alguien que me rescate? Que venga a por mi y me recoja en sus brazos amables, que me diga que hoy soy especial, que me apriete fuerte y me sonría con ternura y amor... ¿es mucho pedir?"
Es entonces cuando te das cuenta de que ya no es a él a quien extrañas si no a ese sentimiento de calor y confort. Tomaste una decisión y fuiste consecuente. Todo llega, a su debido tiempo pero todo llega. 
Y es justo en ese momento cuando te das cuenta de que ya no le necesitas, que tu dependencia hacia él se terminó. Porque él pudo ser lo mejor de tu vida durante un periodo largo de tiempo pero ya es hora de sacar ese coraje interior, de mirarte en el espejo y decir "tú sabrás lo que te pierdes". 
Se feliz y no dependas de nadie que no hay cosa que más necesites que a ti misma.

sábado, 22 de diciembre de 2012

Y por ese alguien me refiero a mi.

Y así como todo comenzó, todo terminó. Aunque aún nos quedan todos aquellos momentos que llegamos a vivir juntos, todas aquellas promesas que hicimos y por circunstancias no pudimos realizar, toda una vida que soñamos juntos pero no pudimos cumplir. 
Ahora cada uno toma un camino distintos o tal vez no. Tal vez alguien tomó la decisión de quedarse en la división de ambos caminos y por ese alguien me refiero a mi. Quizá fue una decisión equivocada o quizá no. Aún sigo esperando que regreses, que podamos cumplir todas y cada una de las promesas que algún día hicimos. 
No pido que no hagas algo que no deseas y no sientes, no te pido que regreses, no si no quieres. Aún así te pido una cosa, sé feliz por los dos, se igual o más feliz de lo que a mi me hubiera gustado que fueras conmigo. No te preocupes por mi, ahora duele, luego simplemente serán vagos recuerdos.
Te digo hasta luego porque decirte adiós me resulta demasiado doloroso y porque en realidad, aún guardo la ilusión de que regreses junto a mi y que nuestras manos encajen como dos piezas de un puzzle a medida, la ilusión de que volverás a cruzarte en mi camino, la ilusión de que este sueño no murió, simplemente se detuvo. Pero como te he dicho antes... es solo una tonta y simple ilusión... Hasta pronto, nunca olvides que siempre te amé y que si en algún momento necesitas un abrazo, aquí estaré esperándote con los brazos abiertos.