jueves, 8 de diciembre de 2011

# Ellas también te echan de menos.

Tres de la mañana, tumbada en mi habitación, contando las horas, los minutos, los segundos que me faltan para verte. Se hacen largos, muy largos, como si nunca quisieran pasar, como si jamás quisieran llegar. Suspirando y recordando fuertemente aquellos abrazos, aquellos besos y tu sonrisa junto a la mía. Extrañando esos intensos recuerdos cercanos.
Siento un extraño cosquilleo en las manos, como una extraña necesidad. Después pienso y caigo: ellas también te echan de menos.
Echo la vista atrás e intento recordar cosas, saber en que momento exacto comenzó todo. Empiezo a recordar esos días que pasabamos hablando, aunque fueran bromas, risas o simples chorradas. Recuerdo todas esas sonrisas que se me quedaban grabadas. Y así uno tras otro, hasta que un día sin quererlo, escribí tu nombre en un papel.
Sí, fue ese día. El día en el que todo lo de mi alrededor empezó a cobrar vida, el día en el que algo encendió esa felicidad en mí, el día que deseaba con todas mis fuerzas que tu sintieras lo mismo. Sí, ese fue el día.



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