miércoles, 4 de diciembre de 2013

La vida está para sonreír y ser feliz, no para llorar las penas.

Una vez alguien me dijo: "La vida está para sonreír y ser feliz, no para llorar las penas."
Y la verdad es que cuando lo escuché creí que era una idea algo descabellada pero, poco a poco descubrí que cada persona es un mundo totalmente distinto, que a cada persona le afectan las cosas a su manera. Pero que eso no significa que cada uno no encuentre su propio equilibrio. Que cada uno no sea capaz de ser feliz a su manera, sin depender de nadie. Esa es la verdadera clave para ser feliz.: tener la capacidad de ser independiente en tu propia felicidad. La vida es demasiado corta como para vivirla apenada.
La sonrisa llena a una persona de vitalidad y los problemas, es decir, esas piedras que nos encontramos a diario en nuestro camino, deberían conseguir hacer de nuestra sonrisa, una pieza imborrable en nuestra cara. Así pues, cada vez que te encuentres con una piedra o un muro en tu camino, no importa el tamaño. Deberíamos aprender de ellos, creer que somos capaces de superarlos y en vez de caernos, conseguir volar más alto... volar más allá del límite que la gente suele ponerse a diario.
La felicidad es algo ansiado, pero cuando se consigue, esa sensación de satisfacción y de plenitud, consigue que cualquier esfuerzo que se haya hecho anteriormente, haya merecido la pena.




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