sábado, 16 de agosto de 2014

Dos desconocidos.

Éramos dos desconocidos... bueno, más bien yo lo era para ti. Sabía exactamente cuál era el tono de tu risa. Sabía exactamente cuál era el color de tus ojos. Me conocía con total exactitud cuáles eran los matices de tu pelo y sabía perfectamente los motivos de cada una de tus sonrisas.
Pero como he dicho antes, yo solo era una desconocida para ti, una más. Alguien que pasaba desapercibida ante tu mirada. Pero de repente todo cambió. Un mensaje recibido que desencadenó una duradera sonrisa.
Te puedo jurar que hasta ese momento jamás podía pensar que un simple "hola" podía desencadenar tantos sentimientos. "No es el mensaje, es quien lo manda." y cuánta razón tenían...
Desde ese momento no quise reconocerlo; aún hoy día creo que no me atrevería. Un sentimiento empezaba a nacer dentro de mi. No se si era el miedo, la vergüenza o la timidez, o simplemente un poco de cada; sólo sé que al final todo volvió al principio. Cuando tan solo éramos unos desconocidos el uno para el otro.


Porque al final tu también resultaste ser un desconocido para mí, como esos enigmas difíciles de resolver. Pero aún así, conservo esas ganas de que esta vez ese "hola" se siga repitiendo todos los días.


No hay comentarios:

Publicar un comentario